domingo, 13 de julio de 2014

Poder sobre el conocimiento y la comunicación 
ANÁLISIS 


Aquí se discutirá cómo la comunicación y el conocimiento están repartidos entre los blancos y los indígenas.
Los indígenas tienen conocimiento de la naturaleza y de los peligros, son conocimientos que los blancos no poseen. Pero es la palabra del blanco, y sus necesidades, que son más importantes que la salud y el bienestar de los indígenas. La norma es la cultura 
occidental y eso se manifiesta en la manera de repartir el poder de la palabra que siempre está a favor del hombre blanco. Los conocimientos que poseen los indígenas, los que no tienen los blancos, no valen nada ya que no tienen ningún poder o influencia: 
los blancos no toman sus conocimientos bajo concideración. Eso es un orden que ha sido establecido por los blancos pero nunca cuestionado por los indígenas dado queellos comparten la idea de que están sometidos a los blancos. 
Don Alfonso no piensa que necesita comunicarles a los indígenas lo que ha decidido que hagan, ni siquiera cuando separa a familias. Sin decir nada a Andrés, lleva a la mujer de éste al latifundio para que ella sea la nodriza de la hija de don Alfonso. Cunshi no tiene otra opción que obedecer. Es una manera de abusar del poder sobre los 
indígenas, que tienen que vivir según los caprichos de don Alfonso sin tener la menor idea de lo que va a obligarles a hacer o por qué. También se ve la impotencia de los indígenas, que no pueden cuestionar los órdenes que les da su amo, sino simplemente 
hacer lo que don Alfonso ordena. Andrés ni siquiera puede imaginarse que es muy probable que es don Alfonso quien anda atrás el hecho de que su familia no está en casa cuando vuelve del trabajo en la selva. Andrés no piensa que don Alfonso pueda 
tratar a su familia de la misma manera que le trata a él y al resto de los indígenas obreros. 
Cuando los indígenas quieren señalar un problema, siempre van en grupo y siempre están nerviosos cuando quieren algo. La actitud que ellos adoptan cuando hablan con 
los blancos es humilde y sumisa; nunca exigen nada y nunca se ponen violentos. Por 
otro lado, don Alfonso, cuando exige algo de los indígenas, no va a hablar con los indígenas directamente, sino manda a un ayudante - muchas veces es Policarpio quien  ejecuta los órdenes de don Alfonso. Los dos grupos no saben cómo entenderse. Los indígenas no saben cómo hacer para llegar a entender a don Alfonso y viceversa. Al final 
de la obra, cuando los indígenas intentan comunicarse con su amo, don Alfonso malentiende la situación completamente y cree que le van a hacer daño y tiene miedo.
Los indígenas ni siquiera saben por qué van a construir una carretera, no saben que los americanos van a venir, ni que los blancos van a vender madera de su tierra. Lo que 
saben los indígenas es que tienen que hacer lo que les obliga hacer y someterse al hombre blanco. 

jueves, 10 de julio de 2014

El monólogo
Esta es otra herramienta literaria usual en la obra que deba ser puesta en escena para ser representada; más aún si se trata de una tragedia. Su utilización es menos automática que los paréntesis y tiene una finalidad más compleja que la pura descripción de un objeto literario; exige un mayor cuidado y mejor dominio. A través del monólogo el autor nos ofrece procesos de interiorización en los personajes sumamente interesantes y sugestivos; no se conforma con hablar en tercera persona y de lleno pasa a la introspección de los protagonistas, a la revelación de su intimidad aun de forma brutal, absolutamente sincera.
Hasta qué punto esto evidencia un dominio de la narrativa en Icaza, mucho más allá de lo que sospechan los indecisos, no se sabe. ¿Hasta qué punto ello es una característica exclusiva de los más grandes creadores, cercana a la genialidad, a la inspiración? Sería necesario conocer al autor más de cerca, examinar sus notas, su borradores, sus libretas, además de sus libros. Lo cierto es que este recurso suyo es más frecuente en el final de su obra; pero también es cierto que existen espléndidos ejemplos de ello desde el primer cuento, Cachorros, que, por otra parte, posee una belleza y un esplendor de genialidad no superada en sus obras posteriores. Con esa utilización del monólogo en busca de la sinceridad brutal de un personaje (mama Nati, de Cachorros) pone Icaza la nota más alta de su realismo. Bien es verdad que esos monólogos reproducen a veces un sinfín de pensamientos que carecen totalmente de sintaxis, frases cortadas, reducidas a lo indispensable; pero esa es su belleza; porque queda así hecha una comunicación directa, una síntesis expresiva de lo esencial. De otra manera, esos personajes no dirían lo que dicen; de decirlo, ni siquiera gustaríamos de escucharles.
El diálogo
También herramienta de la dramaturgia; pero, al mismo tiempo, es demostración de la originalidad de Icaza en el uso del idioma. «Observemos con atención los textos de los diálogos, paradigma importante del habla de los distintos estratos socio-raciales de la sierra ecuatoriana y de las relaciones de dependencia que se establecen entre ellos: el indio, el chagra, el cholo, el teniente político, el policía, el mayordomo y «el amo, su mercé, patrón grande». El modo de hablar de los personajes refleja a propósito la relación entre ellos, el tono del discurso y la filosofía de la obra»5. 
Son oraciones medidas, diálogos que se nos entregan con la métrica que pide el ritmo de la narración, con el propósito emocional que el autor tiene, con estructura de expresión poética, destinada a perfilar la estética del cuento, de la página, de la escena. El oriundo americano tiene esa facilidad para sintetizar sus sentimientos, sus ideas, en una expresión cortante, en un gesto, en una interjección; Icaza lo ha sabido captar, quizás con la educación de su sensibilidad infantil en el campo indígena, en la aldea de cholos pobres, y aprendió a utilizar ese estilo expresivo, ese ritmo de diálogo, de queja breve, de contrapunto abrupto en la belleza inmensa, gigante y temerosa. «Un indio, un poncho y un sombrero son, pueden ser ya, una obra de arte»6. La dificultad que para el lector de castellano puede tener el lenguaje de Icaza, no es tal dificultad. A la primera lectura uno se familiariza con ella y a la segunda el lector agradecerá ya que el escritor se haya expresado de ese modo; cosa que, por demás, para Jorge Icaza era de pleno derecho.

Obras

Tal vez el argumento más convincente en favor de la rebelión de Icaza es que la miseria del indio es incesante; el sufrimiento del indígena en sus relatos aún persiste después del punto final y se prolonga en el relato siguiente. 
Teatro: El intruso (1929), La comedia sin nombre (1930), Por el viejo, ¿Cual es? (1931), Como ellos quieren, Sin miedo (1932).
Relatos breves y novelas: Barro de la sierra (1933), que contiene seis narraciones: Cachorros, Sed, Éxodo, Desorientación, Interpretación y Mala pata. Después de Huasipungo apareció En las calles (1935), que obtuvo el premio nacional de literatura en Ecuador y en la que el autor pasa del campo a la ciudad con igual pesimismo analítico que utilizará en Cholos (1938), Media vida deslumbrados (1942), Huayrapamushcas (1948) y El chulla Romero y Flores. Otros relatos breves o cuentos, agrupados en volúmenes de diversos títulos, fueron apareciendo posteriormente: Seis relatos (1952) y Seis veces la muerte1 (1954).
La novela que ha hecho famoso a Jorge Izaca es Huasipungo (1934). Representa la gesta trágica del indio explotado, que acaba revelándose al grito de «el huasipungo es nuestro», es decir, la parcela, «la tierra que trabajamos es nuestra», y cae víctima de la represión estatal.
Pero aparte de Huasipungo, que tiene varias ediciones en todos los países de lengua española y numerosas traducciones (al inglés, italiano, francés, alemán, portugués, sueco, checo, polaco y ruso2), el resto de la obra de Jorge Icaza no goza de igual difusión; la novela larga lo ha conseguido por su calidad y su gran importancia en cuanto al estilo y al contenido. Sin embargo, aquella obra inicial de Icaza, la de los relatos breves (de los que, casi como espontánea consecuencia, nació la novela), está tan próxima en todo a Huasipungo que bien merece más atención de la que se le ha dado.
El título de este volumen, Cabuyas, es nuevo en las ediciones del autor; en ninguna de las colecciones de cuentos ha aparecido Cabuyas como título y en ésta lo tomamos como sugerencia extraída de la creación de Icaza. La cabuya es la planta (del mismo género que la pita y el yute, más comunes en todas las regiones tropicales y subtropicales) y las cabuyas son los hilos de sus hojas, las cuerdas trenzadas o hiladas con estos hilos; la cabuya está plantada en las cercas y en las puertas del huasipungo, está en la vida del huasipunguero, en la vida del indio, tanto que casi forma parte de él. Se han agrupado bajo este título seis relatos de Jorge Icaza que estuvieron en los libros Barro de la sierra y Seis relatos; pero nunca estuvieron, juntos y solos, en una misma colección. Todas estas cabuyas son historias que se desarrollan en la sociedad rural, campesina, eminentemente indígena aunque en ella alargue su mano el mestizo poderoso, lo que, por supuesto, forma parte de la trama argumental de Icaza; pero es en ellos donde mejor se da el vigor narrativo que le caracteriza al autor.
Los países americanos con población predominantemente indígenas (Bolivia, Ecuador, Perú) han producido los escritores indigenistas más importantes. En Bolivia, Alcides Arguedas con Raza de bronce (1919); en Perú Ciro Alegría, con El mundo es ancho y ajeno (1941) y en Ecuador Jorge Icaza.
El que la obra menor de Icaza tenga menor difusión que su Huasipungo es algo que no se corresponde con el gran interés que su estudio merece para los críticos, quienes, sabedores de la importancia que tiene, han atendido siempre al conjunto de la obra icaciana. Hasta mediada la década de los setenta, cuando las maravillas literarias del «realismo mágico» sudamericano irrumpen en el mundo editorial -desde las primeras ediciones de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez- la literatura centro-suramericana, realista y premágica, mantiene entre los estudiosos un vivo interés. Es después cuando otros prodigios deslumbran y estos autores quedan fuera de la moda; pero antes fueron ellos y es el primero que descubre el verdadero descubridor.
Cronología bio-bibliográfica de
Jorge Icaza
1906
Jorge Icaza Coronel nace en Quito, Ecuador, el 10 de junio. Hijo de don José Antonio Icaza Manso y doña Carmen Amelia Coronel Pareja.
1909
Fallece su padre.
1910
Reside en la hacienda serrana de un tío materno.
1911
Su madre contrae matrimonio con don L. A. Peñaherra, de tendencia liberal alfarista.
1919
Del Colegio San Gabriel de los Jesuitas pasa al Instituto Nacional Mejía (laico), de Quito.
1924
Inicia sus estudios de Medicina en la Universidad de Quito.
1925
Fallece su padrastro.
1926
Fallece su madre.
1927
Inicia sus estudios de arte dramático en el Conservatorio Nacional de Quito.
1928
La Compañía Dramática Nacional, donde Icaza se desempeñó con papeles de “galán joven,” estrena su primera comedia, El intruso.
1929
La comedia sin nombre y Por el viejo (obras dramáticas).
1931
¿Cuál es?, estrenada por la Compañía de Variedades, y Como ellos quieren (obras dramáticas).
1932
Trabaja de oficinista en la Pagaduría General de la Provincia del Pichincha, Quito. Sin sentido (obra dramática).
1933
Publica la colección de cuentos Barro de la sierraLa misma incluye “Cachorros,” “Sed,” “Éxodo,” Desorientación,” “Interpretación” y “Mala pata.” Los tres últimos nunca se reeditarán. La versión de “Éxodo” que publica en 1961, solamente conserva el título de la original publicada en Barro de la sierra.
1934
Huasipungo. La novela obtiene el Premio de Novela Latinoamericana, convocado por la Revista América de Buenos Aires. Contribuye a formar la Sociedad de Escritores Ecuatorianos, junto con M. A. Carrión, J. de la Cuadra, A. Cuesta y cuesta, J. Fernández, E. Gallegos Lara, E. Gil Gilbert, Pablo Palacio, A. F. Rojas, H. Salvador y otros.  Nace su hija Cristina.
1935
En las calles . Recibe el Premio Nacional de Novela convocado por el Grupo América. Aparece la 2da edición de Huasipungo con un vocabulario agregado por Icaza.
1936
Flagelo. Obra dramática en un acto con un estudio de F. Ferrándiz Alborz (Feafa). La obra se publica pero no se estrena. Se casa con la actriz Marina Moncayo. Funda el Sindicato de Escritores y Artistas del Ecuador, del cual es Secretario General.Huasipungo. Esta edición incluye no sólo un vocabulario agregado por Icaza, sino también dos juicios críticos del escritor peruano Enrique S. Portugal, “Huasipungo” una novela sensacional” y “¿Qué significan las obras de Jorge Icaza?”
1937
Abre una librería en Quito. Publica CholosDirige la Revista del Sindicato de Escritores y Artistas del Ecuador.  Nace su hija Fenia.  Traducción al francés deHuasipungo.
1939
HuasipungoObra adaptada para los niños por Jorge Icaza y Juan O’Trebor. Con ilustraciones en color.
1940
Viaja a México donde participa del Congreso Indigenista de Pátzcuaro. Dicta conferencias en Costa Rica.  Se presenta Flagelo, en Buenos Aires, dentro del Noveno Ciclo de Teatro Polémico.
1942
Media vida deslumbrados, novela.  Viaja a EE.UU. a participar del I Seminario de Asuntos Latinoamericanos.
1944
Miembro titular y fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana de Quito.
1947
Vida y obra. Bibliografía. Antología.  Se presenta su ballet El amaño.
1948
Huairapamushcas.  Viaja a Venezuela a la asunción presidencial de Rómulo Gallegos.  Visita Cuba.
1949
-
1953
Agregado Cultural en Buenos Aires. En 1953 publica una nueva edición deHuasipungo y Seis veces la muerte, edición argentina de Seis relatos. (Incluye“Barranca grande,” “Mama Pacha,” “El nuevo San Jorge,” “Contrabando,” “Rumbo al sur” y “Cholo Ashco”).  Icaza regresa al Ecuador.
1956
Viaja a Bolivia.
1957
Viaja al Perú, a participar del III Festival del Libro Hispanoamericano.
1958
El chulla Romero y Flores. La ciudad de Guayaquil lo condecora con la Medalla de Oro al Mérito Literario.
1959
“En la casa chola,” en Anales de la Universidad Central de Quito.  Asume el cargo de Director de la Biblioteca Nacional.
1960
Viejos cuentos.  Viaja por China, URSS, Checoslovaquia y Francia.
1961
Obras escogidas. Prólogo de F. Ferrandiz Alborz. La colección consta de cuatro novelas, a saber, HuasipungoEn las callesHuairapamushcasEl chulla Romero y Flores; y ocho cuentos: “Cachorros,” “Sed,” “Éxodo.” Los cuentos presentan modificaciones con respecto a los publicados en 1933, en Barro de la sierra. Obras escogidas también incluye los cinco primeros cuentos de Seis relatos. Viaja a Cuba, para mostrar su solidaridad con la Revolución. Cuatro obras de Jorge Icaza.Ecuadorian Novelist and Playwright Jorge Icaza Reading from his ProseAudio. 2 cintas. Duración aproximada: 39 minutos. Grabado el 2 y 3 de mayo en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, para el Archive of Hispanic Literature on Tape de los Estados Unidos de Norteamérica. Las cintas contienen: “Mama Pacha,” de Viejos cuentos(selección), Huasipungo (selecciones), El chulla Romero y Flores (selecciones de los capítulos 2, 7, 1, 7 y la conclusión). Traducción al italiano de Huasipungo. Edición de Giuseppe Bellini.
1963
Director de la Biblioteca Nacional de Ecuador. 3ra edición de HuasipungoObra adaptada para los niños, de Icaza y O’Trebor.
1964
Memoria para Jorge Icaza “Homenaje a la Casa de la Cultura Ecuatoriana en el XX aniversario de su fundación.” Traducción al inglés de Huasipungo./The villagers, a novelTraducción autorizada según la versión de 1953. Con introducción de Bernard M. Dulsey y prólogo de J. Cary Davis.
1967
Traducción al francés de Huasipungo realizada por Georges Pillement. Con frontispicio original de Enrique Marin.  Viaja a México a participar del II Congreso Latinoamericano de Escritores.
1969
Relatos. La obra consta de los ocho cuentos de Obras escogidas y además “En la casa chola” y “Cholo ashco.” Huasipungo. Versión teatral de la novela de Jorge Icaza por Marco Ordóñez Andrade. Es Profesor del Centro Andino de la Universidad de Nuevo México, con sede en Quito.
1970
-
1973
Embajador en Moscú, Polonia y la República Democrática de Alemania.  En 1970 el gobierno dictatorial de Velasco Ibarra prohíbe la representación de Huasipungo(versión dramática de Ordóñez Andrade) en la zona rural. Versión teatral de El chulla Romero y Flores, 1971.  En 1973 dicta conferencias en varias universidades norteamericanas.
1972
AtrapadosLa misma consta de tres volúmenes subtitulados: “El juramento,” “En la ficción” y “En la realidad.
1975
Teatro 3. Tres versiones libres. Incluye la adaptación teatral de la novelaHuasipungo, de Jorge Icaza.
1977
Comienza a escribir las novelas Los Jáuregui y La Milagrosa.  Dejará ambas sin concluir. 
1978
Huasipungo para niños. Original de Jorge Icaza. Adaptación para los niños de Juan O’Trebor y Jorge Icaza. Ilustraciones de Ramiro JácomeFallece en Quito, el 26 de mayo. Huasipungo. Roman. Traducción al alemán.
1981
Ricardo Descalzi publica El huasipungo de Andrés Chiliquinga. Drama basado en la novela Huasipungo de Jorge Icaza.
1991
Ensayos sobre las obras de Jorge Icaza. Con una entrevista a este escritor de Enrique Ojeda. Con material nuevo. Publicado originalmente en 1961 como Cuatro obras de Jorge Icaza.
1993
Gloria y Jorge: cartas de amor y conflicto, de Claudia de Icaza. Cabuyas (relatos).

viernes, 4 de julio de 2014

El indigenismo latente en la obra Huasipongo de Jorge Icaza

Para hablar de Jorge Icaza, se debe partir por el modelo literario que identifica la protesta y no una protesta de tipo personal sino más bien esa protesta que pide y clama por el bien común de una raza de un pueblo, por ello analizar el marco referencial de la obra guasipongo es transpolar el tiempo y sentir lo que sintió nuestra gente.
El indigenismo:
El indigenismo es el tema principal de esta novela que es representado en cada una de las páginas. Se representa en todos los indígenas que constituyen la base de una pirámide social y representan la realidad opresora en ese tiempo. Indica como el indio en la novela se convierte en un símbolo de opresión mientras que el patrón es el opresor y el poder. Esta novela es parte del realismo social, donde se describen las injusticias y las discriminaciones hacia los indios en el Ecuador. En la obra se habla de esto ya que es un tema principal. Se explica que esta opresión viene desde hace varios siglos y que no ha parado desde ahí. Además, en la novela se crea una diferencia entre el patrón y el indio, al describir al patrón como “un poquito más blanco”. Esa descripción se usa como pretexto para permitir aquellas injusticias hacia el indio. Una de ellas es que siempre, los indios eran los que hacían los trabajos duros y difíciles mientras que el patrón “no merecía” tales trabajos. Los trabajos que hacían los indios con tales condiciones terribles como dormir a la intemperie y la muerte por causa de construcciones de la carretera, hacían que varias veces los indios se queden sin hogar y les tocaba rehacer todo solos, sin ninguna ayuda. Un ejemplo de estas iniquidades es que cuando el indio trata de revelarse y luchar por la igualdad y sus derechos, no consigue más que su propia muerte ensangrentada. Esto representa que las necesidades y los derechos que obviamente merecían los indios, no eran importantes para la sociedad. Se demuestra que para la sociedad el poder vale más que el amor, donde los valores principales son tan solo trascender en los negocios y en el dinero. Simplemente, eran vistos como gente inferior que “merecía” ser tratadas así. Además, no solo describe el maltrato físico si no que también el maltrato psicológico. Por ejemplo, cuando a Andrés lo mandan a trabajar muy lejos y le llaman a la Cunshi para que haga de nodriza del hijo de Lola. Antonio Pereira le viola a la Cunshi y ella no podía hacer nada más que dejarse, aunque por dentro solo quería gritar y huir. Pero era su jefe y ella no podía sublevarse. El indigenismo también se demuestra con el uso del idioma Quechua para representar una cultura nativa. Así mismo, al escribir Huasipungo, se demuestra una realidad social donde se demuestra el sufrimiento del indio.
La religión:
La religión es otro de los aspectos más importantes que dentro de la obra se maneja como un trasfondo de la ideología que se imponía en aquel tiempo para adoctrinar al pueblo el indio solo merecía ir al cielo si tenía suficiente dinero como para pagarlo.

Haber leído la obra de Jorge Icaza realmente hace sentir la misma indignación que sintió el pueblo indígena al ser sometido a la injusticia. Como ecuatorianos, mestizos, llevamos, la sangre de aquellos indígenas trabajadores que a diario lucharon por realizar bien su labor.
El lenguaje:
El lenguaje literario manejado por Icaza en su obra es exquisito, logrando una fusión entre el español y el quichua. Es bueno conocer los orígenes de palabras que utilizamos a diario, es gratificante reconocer la raíz indígena en cada uno de nosotros. Cada uno de los personajes de la obra trasmite no solo un mensaje convencionalizado, una imagen.
Jorge Icaza logró con su escrito traer a los lectores, las diferentes emociones que vivió todo el pueblo, logró encarnarse en uno de los indígenas para dibujar con palabras el rostro sudado y cansado de un indígena que lucho por hacer lo correcto, pero finalmente tuvo que luchar por el bienestar de los suyos.
En conclusión

El indigenismo que trata la obra no solo es el enfoque sobre la población indígena que vive y sufre en determinada época, al hablar del indigenismo que se denota en la obra de Icaza estamos hablando de la protesta social de la queja constante en contra del abuso de la represión clasista que el mestizo cometió y comete constantemente hacia el sector indígena la población mestiza olvida los orígenes de su existencia el pueblo es pueblo por que sale y surge en ese pueblo la obra no solo refleja la constante discriminación sectaria de una multitud sino también la condición inhumana que cierto sector social sigue manteniendo de forma indirecta hacia estas etnias, que de una u otra forma son nuestro legado cultural de identidad.

martes, 10 de junio de 2014



BIOGRAFÍA

Jorge Icaza nace en Quito el 10 de julio de 1906. Hijo de Antonio Icaza y de Carmen Coronel Pareja. Siendo todavía niño, Jorge queda sin padre y la posterior convivencia con su padrastro, un político liberal, marca profundamente el temperamento de este autor. A los nueve años, Jorge se traslada de Quito a una hacienda familiar en la sierra, medio en el que es escolarizado y que, según él mismo confesara, le supone la más dura experiencia ante los sufrimientos que los indios padecen frente a los patrones y sus mayordomos. A su regreso a Quito continúa los estudios con los jesuitas, en el Colegio Nacional Mejía. En la Universidad Central comienza a estudiar medicina y es otra muerte, esta vez la de su madre, lo que trastoca sus planes interrumpiendo sus estudios y forzándolo a trabajar. El primer empleo lo lleva cerca del teatro; proximidad ésta que abre la primera puerta a su creación literaria y muestra la primera faceta del escritor: la introversión psicológica en los tristes y sufridos personajes de sus historias. Cuenta 23 años cuando escribe la primera pieza teatral y sólo cuatro años después aparece el libro de relatos titulado Barro de la sierra, en el que se inicia el definitivo estilo de Jorge Icaza: autenticidad de un drama humano, con palabra esencial, directa, sin alusiones, inclemente, sin divagaciones ni balbuceos; una rebelión activa contra la opresión -convencido de que hay que acabar con ella- del patrón campesino sobre el indio.Influyente escritor ecuatoriano que comenzó a escribir novelas muy críticas con la situación de su país y representante de la novela indigenista. Tras licenciarse, fue actor teatral y dramaturgo, y sobrevivió trabajando para el departamento de Hacienda de su país. En 1933 su obra teatral El dictador recibió duras críticas de las autoridades, por lo que comenzó a escribir novelas y, aunque abrió una librería, nunca abandonó su cargo gubernamental. La publicación de su primera novela,Huasipungo (1934), hizo que las autoridades ecuatorianas se arrepintieran de haber censurado su anterior obra teatral, pues el libro constituyó no sólo una salvaje crítica a la actitud de los terratenientes respecto de los indígenas, sino que, además, tuvo un enorme éxito de público y fue traducida a varios idiomas. Está considerada como la obra ecuatoriana más famosa y es la novela indigenista por antonomasia. En él se describe cómo las pequeñas propiedades que los terratenientes entregaban a los indígenas como compensación por su trabajo, les eran robadas más tarde por los mismos terratenientes y, cuando aquéllos protestaban por el atropello, eran asesinados. Crítica despiadada de los abusos del capitalismo y de la explotación de los indígenas, fue recibido con desagrado por las clases más pudientes de la sociedad ecuatoriana y por la Iglesia, y muchos lo criticaron afirmando que era un libro pobremente construido y escasamente interesante, mientras que otros alabaron la fuerza y la belleza del lenguaje, y su maestría a la hora de describir los ultrajes a los que eran sometidos los pueblos indígenas. De estructura tradicional, utiliza abundante léxico indígena, lo que obliga a leer la obra con ayuda de un vocabulario. Tras esta novela, Icaza continuó escribiendo relatos breves y otras novelas, y retomó el teatro. Entre sus novelas destacan En las calles (1935) y El chulla Romero y Flores (1958). Toda su obra se caracteriza por un estilo sobrecargado: los personajes quedan esbozados, más que retratados, y los acontecimientos se desarrollan a gran velocidad. Numerosas instituciones académicas han reconocido su eminencia, como lo demuestra el hecho de haber sido invitado a impartir numerosos seminarios y conferencias por todo el mundo. Ocupó numerosos cargos diplomáticos y entre 1973 y 1977 fue embajador en la Unión Soviética, Polonia y la República Democrática Alemana.